martes, octubre 31, 2006

Elecciones, espectáculo, el conseller sandía y una sonrisa.

En mayo hay elecciones y el Partido Popular puede perderlas. Esa posibilidad hiela la sangre a Zaplanistas y Campistas que no se imaginan dando explicaciones sobre el festival urbanístico, el deterioro de los servicios públicos, de la deuda acumulada, de la gestión y de sus sombras – Castellón, Orihuela, Torrevieja, Tierra Mítica, Julio Iglesias...,de la crisis industrial de la pequeña y mediana empresa, del retroceso de la agricultura. Por eso el conseller sandía saca su carné del Valencia S.A. y apela a la hinchada para enfrentarse a todos los que no ven clara la recalificación. Si la Copa América, la falta de agua, el maltrato de ZP, o los retrasos del AVE no son suficientes sacaran el video del Papa en la Ciudad de las Ciencias y si hace falta, se puede desenterrar la matraca de la lengua, el enfrentamiento con Cataluña y hasta la batalla de las banderas. Cualquier cosa antes de perder un poder que sienten como suyo. La americanización de la política se globaliza cada vez más. Lo hemos visto en las elecciones catalanas, con dvds, entrevistas personales sobre el lado humano de los candidatos, campañas publicitarias ingeniosas y periodistas que suplantan a los candidatos en la discusión. El señor Pla debe tener claro que , a día de hoy, no se ven muchas camisetas de fans con su cara por eso debería comenzar el show consciente que la política es espectáculo. Por el otro bando llevan años llenando la televisión autonómica de gomina, olor a pachuli, golpes de pecho o amenazas apocalípticas. Lo de la moción de censura tuvo su gracia pero toca actuar, ocupar los medios y concentrarse en los temas que interesan abordar. Sus esperanzas de movilizar el voto de izquierdas pasa por salir del cascaron de Blanquerias y comenzar la función. Hay que ganar cuota de pantalla y repetir los estribillos. Material para dar la batalla mediática no falta. A los partidos que se sitúan a su izquierda les queda la tarea histórica de llegar a un pacto. Que sepan los dirigentes de Ezquerra Unida y del Bloc que todos los que esperamos con ilusión que este presidente mediocre y acartonado y toda su pandilla se vayan a rezar a la oposición no toleraremos un fracaso en un pacto que se nos antoja fundamental.El Partido Popular puede perder las elecciones en Mayo y esa posibilidad me ha devuelto la sonrisa.mono3

lunes, octubre 30, 2006

viernes, octubre 27, 2006

Farewell to Mr. Wenders


La última película estrenada de Wim Wenders Don´t come knocking (Llamando a las puertas del cielo, 2005) tiene a priori los ingredientes necesarios para convencer a la audiencia que espere una nueva road movie del cineasta alemán: personajes perdidos, hijos no (re)conocidos, panoramas del Oeste norteamericano, pecados y arrepentimiento... La historia presenta a un personaje maduro desencantado (Sam Sephard) que decide romper con su vida de actor de westerns venido a menos y rolling stone impenitente, y hacer balance de su vida, en especial de los últimos treinta años, visitando a familiares y amigos. Esta suerte de Odisea la comparte Sephard con unos grandes actores y actrices principales y de reparto: Jessica Lange, Tim Roth, Sarah Polley y, en especial, Eva Marie Saint, que interpreta a la madre del protagonista. Sin embargo, pese a estas expectativas iniciales, la sensación durante y después del visionado es la de un suflé que no llega nunca a subir, que pierde su fuerza conforme los intentos por recomponer la historia van aplazando sus propios tópicos. La inevitable comparación con la espléndida Paris-Texas sólo funciona como una losa que no puede, en ningún momento, ser superada. Aunque odiosa, esta comparación también se torna inevitable tanto por la colaboración de Sam Sephard en el guión del filme como por su interpretación no del todo creíble, y menos si la comparamos con el impresionante papel de Harry Dean Stanton en el filme de 1984.
Wenders se ha anegado de artificio, de movimientos de cámara, de paisajes impresionantes, de recursos manidos. Pero ya no transmite credibilidad. Este aspecto según se mire puede resultar provechoso en casos concretos, pero no en este tipo de cine asentado con firmeza sobre las bases de un cine narrativamente clásico y donde los personajes son como capas de información que cabe ir desentrañando.
Al menos en Valencia no se ha podido disfrutar de Llamando... en versión original subtitulada. El doblaje resta a la atmósfera completa del filme una intensidad determinante (¿no ve la gente en las versiones dobladas un conjunto de marionetas manejadas por un ventrílocuo?), sólo superada por la interpretación de Eva Marie Saint, que en efecto parece que siempre vivió allí, siendo la madre que sólo recibe noticias de su hijo a través de los periódicos y la prensa amarilla. A Wenders le damos un adiós figurado, le ofrecemos el rincón de pensar para que vuelva a centrarse, pues de alguien que nos ha enseñado tanto con su filmografía no podemos alejarnos demasiado, aunque sea revisando sus películas anteriores. mono4

martes, octubre 24, 2006

Mi tocadiscos nuevo


En esta era digital que todo lo atrapa y contagia el hallazgo del cd como soporte de distribución y copiado ha beneficiado a los usuarios/consumidores de música, que han pasado de la cutre cinta a un formato muy digno. Y no digamos el formato mp3 o mp4 y sus pequeños artilugios, evolución del ya clásico walk-man que nos llenó de gozo en nuestra adolescencia. Más increíble aún ha sido la posibilidad de bajarse música de Internet, permitiendo acceder de manera cómoda y rápida a discos que de otra forma no encontraríamos, y además, con una calidad excelente. Nuevos tiempos, nuevos soportes y, por supuesto, nuevos negocios y beneficios para la industria (cánones excesivos incluidos). Y grupos lanzados al estrellato gracias a Internet, lugar en el que distribuyeron su música de forma gratuita. Antes no hubieran pasado de enviar maquetas a programas de radio local. Sin embargo, la cultura digital en nuestro mundo pasa también por el afán de acumulación: música y gratis, pues me lo bajo todo y lo oiré en mis próximas vidas. De esa manera el exceso de información musical puede derivar en tal avalancha que nos quedemos sordos y sin espacio en casa. Cada paso que da la tecnología implica las predicciones de desaparición de todo lo anterior: que si la foto acabaría con la pintura, el cine con la foto, la tele con el cine, y así hasta el infinito. Pues bien: no suele ser así, sino que los soportes conviven perfectamente, con adeptos al formato antiguo convertidos en estetas que hacen pose de su vicio. El cd no ha acabado con el vinilo, y debe de gozar de cierta salud cuando un popular supermercado cultural ha decidido recuperarlo como producto en la sección de música.
Toda esta divagación viene a cuento de que he sacado mis discos del trastero donde la humedad prometía darse un festín y me he comprado un picú fantástico con el que estoy recuperando mi música de antaño y el sonido incomparable de lo analógico low-fi. El disco de vinilo, elemento físico y mágico que gira mientras la aguja saca la música, es fascinante. Su presencia como objeto es tal que el cd no puede competir a pesar de gran popularidad y dimensión económica. De hecho, voy a volver a comprarme discos. mono 2.

domingo, octubre 22, 2006

Sin Consuelo posible


Una página entera de publicidad en la edición autonómica de El País del 21 de octubre nos pone al día de la programación del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana para los próximos meses. El organismo, que otrora intentó erigirse buque insigna visible del arte de la Generalitat, deambula entre los siglos XIX y XX con la sombra alargada de la historiografía de entre-estilos, decidido a no pisar el s. XXI, por si acaso le salpica el lodo de la actualidad. Es la ventaja que ofrece exponer a los muertos. Por un lado, los artistas ni piden ni se quejan; por otro, da por hecho que el público y los propios gestores culturales ya han asumido el estilo, por lo que los escándalos están anestesiados de antemano. Si nos atenemos a esta página de publicidad, pertenecen al Consorcio los Museus de Belles Arts de Valencia y Castellón, el Centro del Carmen, La Lonja de Valencia y la del Pescado y el Mubag de Alicante y La Gallera de Valencia. Esta redefinición deja fuera bastantes salas que antes sí aparecían incluidas bajo el manto protector de la institución. Pero el panorama resulta desalentador en cualquier caso, donde el sorollismo sigue presente como una mancha de aceite que se ha tomado, confundida, como marca de identidad nacional.
Por otro lado, mientras el Muvim parece haber encontrado una identidad propia a través de propuestas imaginativas con presupuestos bajos, el IVAM sigue sumido en una esquizofrenia entre recuperar obras de colección de su primera época y los proyectos propios (pésimos) de su directora-comisaria actual Consuelo Ciscar y adléteres (en especial el crítico Fernando Castro).
Con las próximas elecciones autonómicas y municipales avistándose en el horizonte, sólo podemos expresar un deseo: “No hay Consuelo posible”… ni “Concha”, ni “Pons”, ni “Camps” posibles. Pero ¿hay algo al otro lado de las Torres de Serranos que permita un mínimo de confianza en un proyecto competitivo y progresista? ¿O una coalición que haga pensar en un partido-bisagra de izquierdas? mono4

Desencuentros


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Radiohead como argumento de autoridad

Cualquiera que se haya enfrentado a una tesis o a un trabajo de investigación sabe que las citas son fundamentales para dar empaque a la argumentación. En la revista mono apareció un artículo que llevaba la primera cita en el título y eso tal vez sea excesivo. Con respecto a los autores citados la cosa parece que va por modas. Nuestra revista sufrió el sarampión de Deleuze y Gattari y parecía que no había artículo “serio” que no los sacara a pasear y en ocasiones hasta varias veces. En este sentido, es muy raro que nombres de la música popular rebasen su hábitat natural y se cuelen en otras creaciones artísticas más allá de The Beatles, Bob Dylan, y en la década de los noventa Nirvana. A pesar de estas limitaciones que se me antojan estructurales el nombre de Radiohead parece que gana peso como elemento referencial de una época. El libro “Pégate un tiro para sobrevivir” (Chuck Klosterman, Reservoir Books, Madrid, 2006) no solo se abre con una cita de Thom Yorke sino que en lo que es su mejor capítulo las canciones de Kid A son utilizadas como la certera profecía del 11 de Septiembre. Las referencias al grupo de Oxford no solo aparecen en libros donde la música es el elemento central, en “Plataforma” (Houellebecq, Anagrama, Barcelona, 2002) Michael, el cuarentón protagonista, se pone una camiseta de Radiohead. También Murakami se acuerda del grupo en su ultima novela “Kafka on the Shore” ( Murakami, Vintage, London, 2005 ( 2002) ) en ella, uno de los héroes del fantástico libro, Kafka Tamura, lleva Kid A en su disc-man. Tampoco el escritor inglés Ian McEwan renuncia a adornarse con el pestigio de los creadores de OK Computer y en su novela “Sábado” (McEwan, Anagrama, Barcelona, 2005) el neurocirujano Henry Perowne, personaje central del libro, se preocupe por una joven ingresada con un golpe en la cabeza producido al caerse de un árbol al que se había subido para ver mejor a Radiohead durante uno se sus conciertos. Si, como es aceptado en el mundo de la investigación, un artículo gana en importancia en función de las veces que es citado, parece claro que Radiohead comienzan a rebasar lo estrictamente musical para convertirse en un argumento de autoridad con el que apuntalar tesis y redondear relatos. mono3

Construcción y grasa

Mientras el capitalismo de celofán adelgaza, deslocaliza el esfuerzo, los humos y los residuos y hasta arrincona al producto en el spot publicitario, el negocio inmobiliario español está cubierto de una capa de grasa que consigue pringar muchas de sus actuaciones. Presidentes de fútbol gordos, políticos con barriga, constructores con tripa y muchísimos ciudadanos que alardean del sobrepeso que ha alcanzado su casa parecen haber olvidado que los michelines están “out of fashion”. Es tanta la grasa que arrastra el negocio del ladrillo que ya amenaza al medio ambiente, al ecosistema social, agujerea los discursos políticos y pringa el debate mediático. El tejido adiposo que cubre el 10 % de nuestra economía lleva en su composición billetes de 500 euros, directores de banco obsesionados con mejorar su cuenta de resultados, notarios que se dan la vuelta, comisiones a políticos, plusvalías millonarias, dinero negro, inmobiliarias con una ambición ilimitada y una dejadez de las autoridades que hace imposible saber ya si toda esta grasa es una excepción o se ha convertido en norma. Después de una década de crecer y crecer sin límites el trombo de grasa que recorre las venas de nuestra economía se ha convertido en una amenaza visible. ¿Será posible disolverlo o estamos abocados al infarto? De momento, los que llegaron primero están dedicando parte de sus beneficios a jugar a las opas y otros deportes de riesgo mientras los periódicos, los políticos y público en general admiten a regañadientes que en muchos lugares la grasa apenas deja ver el bosque. mono 3

sábado, octubre 21, 2006

La poesía ingenua


Hay pérdidas irreparables. Algunas tienen que ver con lo meramente físico pero no siempre es así. A veces esa idea de perder es fundamentalmente emocional o quizá poética. La libertad se desarrolla y amplia a través de la cultura. Y la literatura es la ampliación de ese campo de batalla, tal como ha recordado Paul Auster en estos días. No obstante, la lírica solo triunfa como best seller y la idea romántica de liberación espiritual y crecimiento humano se traspasa. Hoy, época del cemento y el ladrillo, los conceptos inmobiliarios han contagiado todo, incluso la poesía de una librería que cantaba de forma naif hacia una libertad culta. mono 2.

Perdedores


Perder es una situación tan polisémica que abraza hasta sus contrarios. Pierdes la batalla y ganas la guerra; ganas el combate y pierdes la competición. El ángel caído es el héroe que se subleva sin pensar en redes ni en la altura del precipicio. El brillo de los perdedores se filtra en todas las páginas de nuestro número 8. El futuro de la izquierda, la lucha de Federica Montseny, las últimas fotos de Kurt Cobain, el cine rabiosamente personal de Phillipe Garrel, la poesía de Eduardo Haro y Leopoldo Maria Panero, las músicas que podían haber alcanzado el éxito y ahora duermen en los cajones de saldo, la tercera edad olvidada en una sociedad de brillos y fulgores estéticos. Las sombras de Bela Lugosi. En nuestras Crónicas analizamos con el estudio Linterna 13 los retos de la ciudad post industrial e Isaki Lacuesta nos da algunas claves para entender una de las apuestas cinematográficas más interesantes del último cine español. mono también se hace eco de los derrotados u olvidados en el fragor del activismo cultural del Estado y recordamos a Iris Murdoch, Bas Jan Ader y la influencia de los medios en el rodaje de Vidas rebeldes. Hay mucho más en este número pero tienes que atreverte a recorrer los distintos caminos de la derrota.
Número #8 Diciembre 2006