domingo, abril 15, 2007

Un " güevo" de discos

La red nos ha puesto al alcance de un clic todas las músicas del mundo y eso crea la ansiedad de pretender estar al día del presente. Intento imposible, inabarcable y que anula la posibilidad de revisar viejos discos y de prestar la atención y dedicarle el tiempo que muchos obras merecen y que son olvidadas o borradas de nuestro reproductor de mp3 antes de poder ser decodificadas/ disfrutadas. Ni que decir tiene que la tarea de escuchar discos de ayer o de anteayer queda totalmente desterrada. La novedad impulsiva y la saturación de la oferta nos convierte en consumidores hiperactivo que apenas focalizan la atención y que viven entre la emoción de descubrir nuevas sensaciones y el desánimo de no poder disfrutar de los hallazgos porque siempre hay algo nuevo que reclama nuestra atención. Adiós al pasado y a la tradición, adiós a la historia, la dictadura del presente perpetuo oscurece todo lo demás. Un rápido análisis de las revistas de música que he comprado este mes ejemplifica bien esta pasta de canciones inasimilable. La revista Mojo lleva más de cincuenta discos reseñados cuya clasificación exhibe tres y cuatro estrellas a la que hay que sumar otra cincuentena de reediciones a las que deberíamos prestar atención. En Rockdelux, que renuncia a las estrellitas de clasificación que tanto me gustan, hay más de una centena de discos y en el MondoSonoro los discos con una clasificación de más de tres estrellas alcanza los sesenta y las reediciones interesantes una decena más. Hay algunos discos repetidos en las tres revistas pero no se crean porque después de revisar las tres revistas se sorprenderán con más de doscientos discos interesantes que deberíamos conocer. Dejo fuera de este recuento los discos reseñados en el EP 3 de El País , en la Luna del Mundo, la cartelera del Levante, la zona LP de Las Provincias etc. También nos podríamos dar una vuelta por las sugerencias de nuevos discos de los viernes en The Guardian o The Indpendent , sin olvidar otras revistas de referencia como Wire, Spin , Inrokuptibles o el Time Out. Con este panorama dan ganas de concentrarse en nuestros discos clásicos de toda la vida y boicotear el presente para no quedar sepultado en la abundancia. Hace algunos años Ignacio Julia , director de Ruta 66 , otra revista que seguro que nos aportaría unas decenas más de discos a descubrir, advertía que ante la sobreabundancia de nuevos lanzamientos la misión de las revistas especializadas era la de dar pistas y orientarnos ante la hiperinflación de la oferta. A la vista de los visto esa misión loable no se cumple. La lluvia de estrellas que tan generosamente se da a los nuevos trabajos nos llevaría a terminar el año con unos dos mil quinientos discos catalogados de buenos o muy buenos y que por supuesto deberíamos conocer si queremos estar al día. Eso equivaldría a tener que escuchar 6, 67 discos nuevos por día y , como dice my wife, “ eso es un güevo de discos”. mono3