domingo, noviembre 16, 2008

La dificultad de orientarse con recuerdos de otras tormentas..

Es complicado orientarse cuando los que mas saben anda perdidos con los maullidos de tanto gato encerrado. En pocos meses hemos pasado de caída suave a ralentización, después de semanas de forcejeos lingüísticos aceptamos crisis como animal de compañía y como se mezclaba con la inflación del petróleo y las materias primas algunos gurús nos advirtieron que podía llegar la temida estanflación en plan Japón años noventa. Al día siguiente estábamos ante un crisis sistémica con apalancamiento de capitales, deserción de la confianza y estrangulamiento del crédito, Esta semana entramos en recesión y aún nos queda llegar a la depresión. Agotados de dibujar panoramas sombríos ya no nos sorprende nada; nacionalizaciones, quiebras, descenso en las ventas, bancos con problemas,¿Socialismo de estado en el corazón del imperio? ¿Donde están los que tarareaban que el Estado era el problema y el mercado la solución? Aquí en el planeta de los Simios nos sentimos indignados porque nos jode ver como crece el paro con sus dramas y sus frustraciones. Como los periódicos están acongojados por el recorte de la publicidad se han olvidado de hacer espectáculo con las repercusiones de la crisis económicas en los países emergentes y en el Tercer Mundo. En estos territorios se intuye que las consecuencias del tsunami están siendo tan dramáticas como ignoradas. Cuando en el verano del 2007 explotó el tema de las hipotecas locas ( Joaquín Estefanía dixit) ya no recordábamos como había sido la vida en la crisis de los primeros noventa. Creo que no sirve de nada haber vivido una crisis para moverse mejor en la siguiente. Si hecho la vista a atrás recuerdo que no había trabajo ni de fregaplatos, el sonido Madchester se agotaba entre excesos y reiteraciones de la formula, Ride y compañía intentaban inventar un discurso algo endeble frente a la explosión del Grunge y las camisas de cuadros. My Bloody Valentine fue el que más lejos llegó y se quedo sin energía para las siguientes décadas. Primal Scream se vistió con el Rock de los Stone mientras las revistas de tendencia se esforzaban por encumbrar el Acid Jazz como el sonido del momento. Por allí se coló el primer disco de Massive Attack pero como estábamos con los Pixies no le prestamos el interés que se merecía hasta lo menos 1994. De esas cosas me acuerdo pero entonces yo era un chimpancé sin mucho coco en la cabeza. Ahora todo pesa mas, hemos ganado en seriedad y en recibos que pagar. Seria justo reconocer que mientras los economistas se equivocaban augurando petróleo para esta navidad a doscientos dólares y nosotros ya estábamos cansados de Zara y preparábamos el salto a tiendas con marcas de mas pedigrí, los emos , quinceañeros con mecha y patas delgadas en vaqueros rojos, ya habían detectado que el presente era una mierda y el futuro aún peor. Algunas luces en el imperio y en los descensos de los precios del surtidor y del euribor sugieren que aún podría quedar un poco de aire. Lo cierto es que las cosas están francamente mal y el éxito global del último disco de AC-DC solo hace refrendarlo. Habrá que agudizar los sentidos y buscar por algún rincón de la red músicas con aroma juvenil y clubs de quinceañeros dispuestos a darnos un empujón de adrenalina con sus armonías vocales y sus riff de guitarra arrebatadores. No es un gran consuelo pero a veces es de lo poco que se recuerda quince años despúes. mono3


1 comentario:

Barcelona dijo...

La dificultad de orientarse sin recuerdos