viernes, marzo 13, 2009

Postales de la crisis I

No me gusta está crisis, cuando todo iba bien y aventurábamos el final de la burbuja y el descenso y la resaca de la década prodigiosa y del consumo lúdico nos olvidábamos que la sacudida iba a golpear más fuerte a los eslabones menos protegidos. En nuestra arrogancia augurábamos un pinchazo que agriaría el partido a los asistentes al palco. Esa banda de nuevos ricos, aventureros sin escrúpulos que multiplicaban el precio del suelo y de los pisos con más facilidad que el de Nazaret con los panes y los peces. Una mierda. La crisis es la de Matías que le ha tocado volverse a Uruguay después de tres años porque se acabó la obra y no había más; o la de Camila con dos hijas, una de quince y otra de doce, que limpiaba oficinas en la madrugada y ahora ya no hay ni oficinas ni empresa; le quedan las hijas y la madrugada. Desde Septiembre hay muchos trabajadores que despiertan en medio del desastre natural del desempleo y se preguntan - ¿ ahora qué? ¿ esto por qué? Unos lo pasaron bien y otros no duermen ya ni con Orfidal y no deberíamos olvidar a los responsables de todo este desaguisado. No les importó la ecología, ni la estética , a veces tampoco la ética. Ahora sabemos que en su embriaguez de hipotecas, plusvalías, PAIS y el desparrame de promociones, dinero negro y coches de gama alta también se pasaron por el forro los fundamentos de la economía y todo eso con la colaboración muchos bancos , cajas y de las autoridades locales. Que desastre. mono 3

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