domingo, diciembre 31, 2006

Decepciones



El atentado de ETA (?) en Barajas ha supuesto para algunos la confirmación de todos sus negros presagios. Me pregunto si alguien se habrá alegrado. La extrema derecha no ha tardado demasiado en pedir dimisiones y enfatizar la razón que tenían. Sin embargo, todos sabemos –incluso la AVT- que la solución del terrorismo no es exclusivamente policial o militar (¿no es Irak un buen ejemplo?). Aun así, el desgaste del adversario bien merece el autoengaño y la utilización política del terrorismo con el exclusivo fin de desestabilizar las instituciones. Hay partidos que son especialistas en estas tendencias suicidas cada vez que pierden unas elecciones que merecían ganar. Así está el mapa político español.

El panorama internacional no es mucho mejor. La confirmación de la pena de muerte para el sátrapa – al servicio de USA durante años- Saddam Husseim ha sido una noticia lamentable. Oía el otro día a un abogado que confiaba en la presión europea para evitar su aplicación. Creo que se ha pasado varios días sentado esperando, porque Saddam ya ha sido ajusticiado. Mientras Augusto Pinochet moría sin pisar la cárcel, Saddam ha visto cercenados todos los derechos humanos más básicos. Y que fuera un dictador sanguinario no justifica en absoluto el trato vejatorio. Saddam ha sido víctima de la sociedad del espectáculo y su detención y revisión propia de un veterinario fue rápidamente lanzada a la red global televisiva. Pero la cosa no queda ahí. Anoche lo ahorcaron y hoy a las tres ya hemos visto la secuencia de su ahorcamiento grabado con un teléfono portátil en baja calidad como tanto le gusta la televisión amarilla. Espectáculo lamentable que no mejora en nada el mundo y que nos empeora a todos un poco más. mono 2

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