martes, noviembre 18, 2008

La Mostra de Valencia

Lo primero que quisiéramos apuntar, centrados en la Mostra del Mediterrani en general, es que el trabajo de Juan Piqueras al frente de este certamen ha devuelto cierta dignidad a un evento de primera importancia cinematográfica y cultural, que ya llevaba muchas ediciones en las que se había perdido el esplendor y la gracia de los primeros tiempos, cuando Honorio Rancaño consiguió traer a figuras como Vittorio Gassman, Melina Mercouri o Yves Montand. La verdad es que habría tanto que decir (como muestra el botón de un homenaje raquítico y anoréxico de 2 films a la maravillosa Isabelle Huppert) que preferimos no entrar en un comentario global.

Por eso, y como participantes de la Mostra Valenciana, vamos a centrarnos en esta sección. Y tampoco para hacer una crítica general, pues el provincianismo, la mediocridad y la falta de criterio y de rigor han hecho penosa, una vez más, la necesaria incursión de los cineastas valencianos en este el primer festival de cine de Valencia. Hay demasiado que cambiar para dejar constancia de todo ello en una simple carta.

Este comentario tiene que ver con el fallo de un jurado que se ha plegado a las exigencias de la industria, del más convencional y conservador punto de vista cinematográfico, dejando fuera del palmarés las apuestas más personales y de mayor relieve cultural, por no hablar de una mejor expresión cinematográfica. El lenguaje del cine es lo que menos ha contado, mientras que el famoseo y el servilismo a los poderes fácticos y mediáticos han ocupado, una vez más, el centro de atención.

Para nosotros, como es obvio, no se trata tanto de ganar o de no ganar un premio. Lo único que pedimos, en el nombre de los futuros participantes de esta sección, que para nosotros debería estar más integrada en la programación troncal del certamen (todo sea dicho de paso), es que se apoye a aquellos productos que intentan hacer un cine diferente, relevante y preocupado por su lingüística. Es decir, ya que la prensa no va a hacer su papel de llamar la atención sobre aquellas obras que tienen un manifiesto valor fílmico (los medios de comunicación en esta ciudad son un tema aparte), esperamos que la Mostra, en posteriores ediciones, permita con determinados dispositivos (entrevistas, encuentros de los autores con los medios, con el público o con entidades culturales, reseñas/críticas, un verdadero mercado audiovisual, etc.) promocionar los trabajos y los autores que tengan algo que decir, más allá de la esforzada carta de presentación industrial, o de los productores consolidados dentro de un estado de las cosas del que, si se sigue apoyando como ahora han hecho a determinados productos carentes de imaginación y sentido cultural, no vamos a salir nunca.

En ese caso, no es que perdamos aquellas personas que intentamos una renovación, es que pierde el cine, y el cine valenciano, que seguirá haciendo los mismos productos de tan escaso interés como la mayoría de los actuales. En definitiva, seguiremos haciendo un cine para consumo propio, sin identidad ni personalidad, que seguirá abocado al triste papel que tiene ahora mismo asignado por los mandarines culturales valencianos.

Ustedes deciden. mono 2/mono 5

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola mono cinco, es muy bueno que estes de vuelta